jueves, 1 de julio de 2010

CELESTE Y ROJO

por Graciela Vera
periodista independiente


Quienes viven en un país al que quieren, y han nacido en otro país al que adoran, no tendrán problema alguno en entender este comentario.

Un comentario que pretende ser también una aclaración para no confundir a los amigos de ahora ni dejar perplejos a los de antes.

Reitero algo que he repetido muchas veces en los últimos años. Vivo una vida doble... con recuerdos de ayer... de allá; y de hoy.... de acá. Igual con los amigos, con la familia, con las pasiones.

Y entre esas pasiones, no podía ser “yoruga” de ley si no sintiera la del fútbol.

Y también en ésto me encuentro conque tengo dos amores... el de allá... los bolsilludos de Nacional y el de acá... los merengues del Madrid.

Y ahora que comienza un nuevo Campeonato Mundial de Fútbol, yo no puedo olvidarme que provengo del país donde en el año 1930 se jugó el primero de todos. Y no se nos dió ese honor por simple juego de azar.

Éramos grandes ya en fútbol, bicapeones del mundo en dos olímpicos cuando éstos tenían la importancia de mundiales.

Hoy, este año, estoy vestida de celeste y palpitando la roja. ¿o vestida de roja y palpitando la celeste?

Uruguay y España, España y Uruguay.

Con el grito de gol y la esperanza a flor de piel por uno y por el otro. No importa que el corazón palpite más o menos fuerte.... lo hace y eso nos dice que vivimos cada jugada.

Sudáfrica 2010. Y mi corazón estará el 11 en Ciudad del Cabo y el 16 en Durban y el 11 será celeste y el 16 rojo. Y desde ya pienso en que parte pesa más. Quisiera que ninguna, pero la historia sí, tiene su peso.

Uruguay con su selección celeste y sus dos títulos mundiales, el del 30 y el del 50. Una selección de fútbol que nos ha hecho llorar más que reir a quienes nos hemos visto fuera de los ultimos mundiales pero que en el recuerdo no deja de ser una de las más exitosas del mundo con títulos conquistados en diecinueve competiciones reconocidas por la FIFA.

¿Cuántos países pueden vanagloriarse como nosotros, los que tenemos la sangre del color del cielo?... Algunos, no lo niego pero la celeste ha tocado el cielo con aquellas dos ediciones olímpicas que nos hicieron el pasillo a la gloria del 30, y al otro mundial, el del 50; al mundialito, que es la copa de oro de los Campeones Mundiales, organizada también en Uruguay en 1980/81 y que se juega cada cincuenta años, en el 2030 la próxima, exacto a los cien años de nuestro primer título.

Y siguiendo podemos hablar de las catorce Copas América y de tener en nuestro suelo el único Monumento Mundial del Fútbol declarado como tal por la misma FIFA: el estadio Centenario.

Ahora vivo también la roja de España. Hoy por hoy la mejor de Europa. Ganadora de dos Eurocopas, en 1964 y en el 2008 y con una historia que recién apunta a despegar.

Como Uruguay, España también organizó un Campeonato Mundial, fue en 1982 cuando salió campeón Italia ¡Si yo recuerdo que en esa final como buenos descendientes de tanos, que la mitad de mi sangre lo es, pegaditos a una radio y desde el otro lado del mundo toda la familia tenía su favorita!

En los mundiales el mejor resultado español fue precisamente cuando el gran triunfo uruguayo. La obtención por la roja del cuarto puesto en el Campeonato Mundial de 1950, el que siempre evocaremos como el del maracanazo.

Hoy por hoy, los modernos medios de prensa apenas si recuerdan el oficio de los tipógrafos y ni siquiera guardan los caracteres tipográficos metálicos que tantan lata daban y como todo lo viejo parece que también las glorias se olvidan.

Por aquí Uruguay no figura entre los favoritos. España sí. Es lógico, estamos en España pero ¿realmente sería lógico si nos guiara la lógica?

En fútbol no se habla de ayer y de hoy... cada año es diferente. De los jugadores que lucen la celeste casi ninguno juega en su país. La mayoría de los que lucen la roja lo hacen.

Uruguay, con apenas tres millones de habitantes exporta cada año muchos excelentes jugadores de fútbol. España con casi cuarenta y siete millones, es uno de los países que los compra.

Soy uruguaya y soy española. Soy celeste y soy roja. Pero no lo dudo... quizás antes de escribir ésto llegué a pensar en que haría, pero ya puedo afirmarlo sin lugar a ninguna duda.... mi sangre roja tiene un potentísimo componente celeste.

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