martes, 4 de diciembre de 2007

HUGO CHÁVEZ Y LAS ENTRELÍNEAS DE SU DISCURSO

AUTOR Graciela Vera
4 diciembre 2007


NO DUDO QUE NO SOY LA ÚNICA EN PENSAR ASÍ

Si hubiera escrito este artículo apenas finalizado el recuento de votos en Venezuela hubiera dividido mi opinión entre el asombro y los interrogantes; si lo hubiera hecho unas horas después hubiera incluido la preocupación pero ahora, apenas a cuarenta y ocho horas de conocido el resultado del plebiscito, abrigo una profunda pena por el destino del pueblo venezolano.

La aceptación de la derrota en las urnas por el presidente Hugo Chávez, no sonaba precisamente a conformidad; más allá de la lógica euforia del momento, los partidarios del NO a la reforma de la Constitución, deberían escuchar lo que no se dijo por parte del presidente, lo que con un poco de atención se puede captar ‘entre líneas’, y me atrevo a asegurar que no es precisamente halagüeño para la democracia en Venezuela.¿Qué quiso decir Chávez con: “la propuesta de reforma podríamos convertirla en un tránsito hacia la sexta República”?

El Presidente deja en claro que no se considera perdedor a pesar de haber perdido, no se pueden entender de otra forma sus palabras trasmitidas por la estatal Venezolana de Televisión: “No fracasamos con esta propuesta ni tenemos que buscar otra. Allí está una propuesta, que es positiva incluso para muchos que votaron contra ella. Hay que seguir calentando el agua, buscando el punto de ebullición”.

Es imposible llamarse a equívocos cuando la suma de ambigüedades manifestadas por el mandatario sólo confirma la decisión de éste de mantenerse en sus trece.

Se deduce de su aceptación de los resultados “por ahora” y de su afirmación de que su propuesta reforma constitucional “está vive y sigue en pie”, aunque puede ser que haya un plazo de respiro a tenor de su reflexión sobre que quizás no estuvieran (los venezolanos) “maduros para empezar un proyecto y un gobierno abiertamente socialista”.

Hugo Chávez ha afirmado que se debe tener en cuenta que “muchas derrotas se convirtieron (después) en victorias” y al augurar que habrá “una batalla larga” mostró un adelanto de la brega que espera a los que el domingo le derrotaron en las urnas para consolidar una muy endeble (quizás ahora más que antes) democracia en la patria de Bolívar.

Pueden decir que le veo cinco patas al gato, y hasta seis y más pero tampoco la tranquilidad con que los partidarios de Chávez aceptaron la derrota me permite dormir con tranquilidad.

Estamos ante un personaje demasiado astuto, perfectamente consciente de que el domingo había millones de ojos puestos sobre el proceso electoral y que con seguridad que estará pensando, ¿para qué arriesgarse a cometer un fraude tan notorio? cuando, lo acaba de anunciar, no ha descartado que su derrotado proyecto se consolide a través de una Asamblea Constituyente.

Y nuevamente logró ser el personaje de notoriedad y esta vez quedando como el tutor de la democracia en el continente, recibiendo felicitaciones y palmaditas en el hombro que, alguien algún día lamentará.

Como lamento, pensando en el pueblo venezolano, que ocurra lo que nadie dudaba que iba a acaecer porque si algo es cierto es que quién las busca termina encontrándolas.

Y Chávez se encontró ya con las primeras respuestas a sus reiteradas amenazas contra los bancos y empresas españolas localizados en Venezuela. Los inversores comienzan a levantar anclas, ya lo hizo la textil Inditex(1) que acordó la transferencia de su cadena de tiendas Zara a la venezolana Phoenix World Trading y también comienzan a mostrar indicios de incomodidad Telefónica y Repsol. ¿Habrán otros inversores internacionales que se atrevan a ocupar los puestos que parecen van a quedar vacantes?

Desde que Chávez subió al poder en 1999 la inversión española en Venezuela ha llegado a los 1.704.1 millones de euros pero en realidad quizás el presidente se olvide por un tiempo de sus amenazas porque ahora, a través de la Embajada de su país en España pretende dictar cátedras de cómo el cuarto Poder debería comunicar (sin opinar) sobre el proceso venezolano.

(1) –Indetex es una empresa gallega se instaló en Venezuela en 1998 y posee allí 21 establecimientos, 9 de la marca Zara, tres de Pull & Bear y nueve de Bershka.
Desde Almería, en el sur del norte, diciembre 4 de 2007

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