Definir el coñac resulta un tanto difícil para los neófitos. Es una mezcla sutil y compleja de sabores que tienen un toque, que podría definirse como rancio y que convierten un simple vino blanco en uno de los licores más famosos del mundo.
Uvas de increíble dorado para un sabor de oro
Los racimos de uvas, con un amarillo áureo que daría envidia al sol, invitan a probar el fruto como una manera de entender la manera de llegar al rancio del coñac.
Se trata de la Ugni Blanc, una vid originaria de Italia que tiene uvas de carne jugosa y cálida que tienen un ligero toque de acidez. Con sus racimos se consigue un vino ligero e ideal para la destilación, que es una de las etapas principales en la producción del coñac.
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