Llega el reinado de Momo, disfraces, comparsas, música ¿y si se busca también el mejor ambiente, clima ideal y paisajes que son un real embeleso?
Seguramente se sueña con Madeira, y si se piensa en Madeira, se está pensando en una semana de saludable locura en un ambiente de fiesta que invade hoteles, bares y discotecas, y que transforma durante su duración, las islas de Madeira y de Porto Santo en una espectacular holganza, una fiesta con puntos máximos en el Cortejo Alegórico y el desfile del Cortejo “Trapalhão”.
Madeira, un archipiélago que cautiva los sentidos
El archipiélago de Madeira se encuentra a 33º00'N de latitud y 17º00'W de longitud, a 540 kilómetros al suroeste de Lisboa (Portugal), está formado por dos islas mayores, Madeira y Porto Santo y tres islas menores conocidas en común como Islas Desertas: Ilheu Chao, Deserta Grande y Ilheu de Bugio.
Madeira y Porto Santo están habitadas y cuentan con una importante infraestructura turística.
De gran belleza paisajística, con sus escarpadas costas y una sucesión de montes y valles, las islas son un destino turístico de excepción durante todo el año. Descubiertas por navegantes portugueses en el siglo XV, conforman una región autónoma dependiente de Portugal.
El vino y las artesanías bordadas, la rúbrica de las islas
El vino de Madeira es famoso en el mundo, tanto como los bordados que realizan sus artesanos y se aplican a toallas, pañuelos o vestidos.
No menos buscados son los trabajos en mimbre y los tapices.
Si a estas opciones de compra agregamos paisajes de gran belleza y flores; por todas partes hermosas flores; el destino elegido para pasar unas vacaciones inolvidables está casi decidido y si es en Carnaval, entonces las dudas se aparcan: Madeira es el sitio ideal.
Mucho sol y algo de lluvia
Si la oferta se complementa con un clima que muchos consideran el más perfecto del mundo, la expectativa de poder disfrutar a pleno de las vacaciones es una realidad.
En realidad las islas son una sucesión de microclimas que dependen de la ubicación, de la altura de las montañas, de los vientos marinos, pero para el turista valdrá saber que en Madeira hay mucho sol y un poco de lluvia.
El clima del archipiélago nunca es demasiado caliente, ni tampoco muy frío.
La temperatura máxima es de 24ºC en el verano (julio a octubre) y una mínima de 17ºC; sólo durante unos pocos días al año, cuando sopla el “Oriental”, el viento que llega desde el Sahara, el termómetro puede dispararse hasta los 33ºC y en invierno pueden bajar aproximadamente unos 4ºC, por lo que aún sigue siendo muy tentador.
Entre los microclimas que turísticamente se destacan está el de su capital, Funchal, más benigno que en el resto de la isla, ya que cuando en las montañas cercanas está lloviendo, es muy común que haga sol en la línea de la costa.
Madeira y sus bosques de laurisilva
Madeira es la mayor de las dos islas habitadas, tiene unos 58 kilómetros de largo por 23 de ancho; es una isla montañosa llegando la cordillera central a los 1200 metros de altitud.
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