En el sur de España nos espera Almería, la cenicienta que sorteó el encanto, para buscar un lugar entre los destinos turísticos de excelencia.
Es una tierra que vio surgir, unos 3000 años a.C., la cultura de Los Millares y entre el 1700 y el 1400 a.C., la de El Argar.
Fue asentamiento de fenicios, cartagineses, romanos, visigodos y musulmanes hasta que, desde el año 1489, con la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos, se convirtió en reino cristiano.
De la Alcazaba a la Catedral
Lo primero que el viajero ve al acercarse a la ciudad desde el poniente es su majestuosa Alcazaba y, desde lo alto de ésta puede admirar la estructura de su Iglesia Catedral. Extraña arquitectura para quién no conoce su historia.
La Catedral de Almería tiene poco menos de cuatro siglos y medio de existencia. Su construcción se terminó en 1569, unos 47 años después de iniciadas las obras.
En su doble función de iglesia y fortín defensivo, su exterior llama la atención por los recios muros, sin adornos salvo el trabajo escultórico enmarcando la puerta principal.
Cruzando ésta se puede ver como el grave aspecto exterior se transforma en la extraordinaria belleza de su interior.
Las Capillas
La Catedral de Almería tiene tres capillas absidales, la Capilla de la Piedad, la Capilla del Santo Cristo y la Capilla de San Indalecio, patrón de Almería, y donde se guarda la reliquia del santo.
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